Hacia una economía verde: Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza

Fuente: www.ecoticias.com

Autor: Staff

Fecha: 22/02/2011

Invertir tan solo el 2% del PIB mundial en diez sectores clave puede impulsar la transición a una economía baja en carbono y con un uso más eficiente de los recursos. El nuevo informe del PNUMA demuestra que la transición a una economía verde es posible invirtiendo el 2% del PIB mundial (actualmente en torno a 1,3 billones de dólares) anualmente, a partir de ahora hasta 2050, para enverdecer sectores fundamentales como la agricultura, la construcción, la energía, la pesca, la silvicultura, la industria, el turismo, el transporte, el agua y la gestión de residuos. Sin embargo, estas inversiones deben ser estimuladas, a través de reformas en las políticas nacionales e internacionales.

Este oportuno informe, elaborado por especialistas a nivel mundial e instituciones de países desarrollados y en desarrollo, confirma que, en una economía verde, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental no son incompatibles. Por el contrario, una economía verde fomenta el empleo y el progreso económico evitando al mismo tiempo riesgos significativos como los efectos del cambio climático, la escasez de agua y la pérdida de servicios de los ecosistemas.

Enverdecer la economía no sólo genera crecimiento, especialmente en términos de capital natural, sino que también implica un crecimiento más elevado del PIB y del PIB per capita. En la simulación realizada para el informe sobre economía verde, bajo un escenario de inversión verde se alcanzan tasas de crecimiento anual más elevadas que el modelo actual en un plazo de 5-10 años. Dicho crecimiento económico se caracteriza por un evidente desacoplamiento de los impactos ambientales . Según las previsiones, la relación entre huella ecológica mundial y biocapacidad disminuirá del 1,5 actual a menos de 1,2 en 2050 (acercándose mucho al limite de sostenibilidad, situado en 1), en contraposición al incremento más allá de un nivel de 2 bajo el escenario del modelo vigente.

Si bien la demanda mundial de energía ascendería en cierta manera, esta recuperaría los niveles actuales en 2050, lo cual significa un 40% menos del modelo vigente, gracias a avances notables en la eficiencia energética. Según las previsiones, bajo un escenario de inversiones verdes  se reducirían de aproximadamente un tercio las emisiones de CO2 relacionadas con el consumo energético para 2050, tomando como referencia los niveles actuales. La concentración de las emisiones en la atmósfera debe mantenerse por debajo de 450 ppm en 2050 para tener alguna posibilidad de limitar el calentamiento global a un máximo de 2˚C.

Una economía verde valora e invierte en el capital natural. Una cuarta parte de las inversiones verdes analizadas – el 0,5% del PIB (325 miles de millones de dólares) – se destina a sectores relacionados con el capital natural: silvicultura, agricultura, agua dulce y pesca. El valor añadido en el sector forestal será, en 2050, un 20% superior al obtenido con el modelo actual. Las inversiones en agricultura verde, que oscilarán entre los 100.000 y los 300.000 millones de dólares anuales en el periodo 2010-2050, permitirían mejorar la calidad del suelo e incrementar los rendimientos de los principales cultivos en todo el mundo, con lo que se obtendría un aumento del 10% respecto a lo que pueden ofrecer las estrategias de inversión actuales. La mayor eficiencia de los sectores agrícola, industrial y municipal implicaría una reducción de aproximadamente una quinta parte de la demanda de agua para 2050, en comparación con la tendencia actual. De ese modo se reduciría la presión sobre el agua subterránea y las aguas superficiales tanto a corto como a largo plazo.

Una economía verde contribuye a aliviar –la pobreza. El alivio a la pobreza está inevitablemente ligado a una gestión racional de los recursos naturales y los ecosistemas, ya que los flujos de beneficios del capital natural llegan directamente a los más desfavorecidos. Este enfoque se hace especialmente necesario en los países de renta baja, en los que los bienes y servicios de los ecosistemas constituyen un componente significativo en el sustento de las comunidades rurales pobres, a las que protegen de los desastres naturales y de las crisis económicas.

En la transición a una economía verde se crearán nuevos puestos de trabajo que, a la larga, superarán la pérdida de empleo asociada a la «economía marrón». La creación de empleo es especialmente evidente en los sectores de la agricultura, construcción, energía, silvicultura y transporte. No obstante, en aquellos sectores cuyo capital se encuentre gravemente  agotado, como el de la pesca, el enverdecimiento acarreará una pérdida de puestos de trabajo e ingresos en el  corto y mediano plazo, con el fin de recuperar las reservas naturales y evitar que se pierdan para siempre ingresos y puestos de trabajo. Es posible que también haya que invertir en  el desarrollo de nuevas capacidades y la re-educación de la fuerza de trabajo.

Es indispensable dar prioridad a la inversión y a los gastos estatales en áreas que impulsen  el enverdecimiento de los sectores económicos.  Reformar los subsidios costosos y perjudiciales en todos los sectores permitirá disponer de un margen fiscal y de recursos para la transición a una economía verde. Con la sola eliminación de los subsidios a los sectores de energía, agua, pesca y agricultura se ahorraría cada año el 1-2% del PIB mundial. Los susidios al sector pesquero, por ejemplo, que se estima alcanzan los 27mil millones de dólares anuales, resultan a largo plazo más perjudiciales que beneficiosos para las economías nacionales y el bienestar social. Los subsidios a los precios y a la producción de combustibles fósiles alcanzaron, en conjunto, más de 650 mil millones de dólares en 2008; semejante estímulo desalienta la transición a las energías renovables.

El uso de instrumentos como las medidas fiscales, los incentivos y las cuotas de emisión para promover la inversión y la innovación verdes es muy importante, pero también lo es invertir en el desarrollo de capacidades, formación y educación,  así como en fortalecer la gobernanza internacional y los mecanismos de apoyo a la transición a nivel mundial.  La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible de 2012, también llamada Río+20, será una buena oportunidad para establecer un nuevo rumbo hacia un mundo más sostenible, seguro y justo.

La transición a una economía verde requiere una escala de financiamiento considerable, pero   inferior de un orden de magnitud a la inversión anual mundial. En este sentido, merece la pena señalar que el 2% del PIB mundial que se menciona en la modelización de este informe corresponde a una pequeña parte de la formación bruta de capital (alrededor del 22% del PIB mundial en 2009). Esa suma puede movilizarse poniendo en marcha políticas públicas racionales y mecanismos de financiación innovadores. El rápido crecimiento de los mercados de capital, el creciente interés del mercado por las iniciativas verdes y la evolución de instrumentos alternativos como la financiación y la microfinanciación del carbono, están creando las condiciones propicias para el financiamiento a gran escala de una transformación económica mundial. Sin embargo, las cifras siguen siendo pequeñas respecto al volumen total necesario, por lo que es necesario aumentarlas lo antes posible.

El cambio hacia una economía verde está sucediendo a una escala y a una velocidad sin precedentes. Para 2010, se esperaba que las nuevas inversiones en energías limpias alcanzasen la cifra récord de 180.000-200.000 millones de dólares, superando los 162.000 millones de 2009 y los 173.000 millones de 2008. El crecimiento está siendo impulsado cada vez más  por los países fuera de la OCDE, cuya participación en la inversión mundial en energías renovables pasó del 29% en 2007 al 40% en 2008. Brasil, China y la India son responsables de la mayor parte.

Se prevé que la inversión verde generará tanto crecimiento y empleo, si no más, que los generados por el modelo actual, y las proyecciones económicas son mejores a mediano y largo plazo, ofreciendo al mismo tiempo mayores beneficios ambientales y sociales. Sin embargo, la transición a una economía verde no está libre de riesgos ni de dificultades – desde el enverdecimiento de sectores «marrones» tradicionales hasta la satisfacción de la rápidamente cambiante demanda de mercado en un mundo que debe limitar sus emisiones de carbono. Así pues, es necesario que los líderes mundiales, la sociedad civil y las principales empresas trabajen conjuntamente para replantearse y redefinir las formas tradicionales de medir la riqueza, la prosperidad y el bienestar. Lo que está claro es que el mayor riesgo de todos sería continuar con el  statu quo.

ECOticias.com – PNUMA

Researchers Use Algae to Treat Wastewater and Generate Biofuel

Fuente: inhabitat.com

Autor: Lori Zimmer

Fecha: 21/02/2011

biodiesel, Rochester Institute of Technology, algae biofuel, wastewater treatment,  Environmental Energy Technologies, algae, renewable energy, sustainable design, green design

Algae is much more than that pesky goo in your fish tank – researchers at the Rochester Institute of Technology are now using algae grown at wastewater treatment plants to synthesize biodiesel. Wastewater treatment plants regularly utilize algae to remove ammonia, nitrates and phosphates from wastewater before dumping into receiving water – using the tiny plants as a source of fuel is a brilliant way to get extra mileage out of the system.

biodiesel, Rochester Institute of Technology, algae biofuel, wastewater treatment,  Environmental Energy Technologies, algae, renewable energy, sustainable design, green designPhoto © Apium

Biodiesel made from algae could replace 50 percent of the diesel fuel that the plant currently uses to power its equipment. Researcher Eric Lannen has worked with chemistry students Emily Young and Jeff Lodge to isolate lipids from the algae and extract them to make biodiesel. Their algae of choice is the single cell Scenedesmus, which they grow at a plant in Irondequoit, New York with the company Environmental Energy Technologies.

The wastewater plant grows new batches of algae about once a week — a notably faster production rate than corn or soybeans. It is also more efficient to produce, as it only requires photosynthesis to thrive, rather than farm land and labor. The use of algae in wastewater plants is a win-win situation, since the reaction of purifying water yields the lipids required to produce biodiesel.

Could algae be the fuel of the future? Environmental Energy Technologies hopes so – they have already increased algae production from 30 gallons to 100 gallons and hope to expand to 1,000 gallons by spring.

Invertir 2% del PIB mundial en economías bajas en carbono aumentaría crecimiento

Fuente: www.elfinancierocr.com

Autor: Leticia Vindas

Fecha: 21/02/2011

Si los países del mundo invirtieran alrededor de $1,3 billones anuales (2% del producto interno bruto mundial) en diez sectores fundamentales, las economías podrían moverse hacia bajos niveles de carbono e inclusive, crecerían a un ritmo más acelerado que el actual .

La afirmación se desprende del estudio “ Hacia una economía verde: el camino a un desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza ” dado a conocer este lunes por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

La investigación pone en entredicho el mito de la supuesta disyuntiva entre inversión ambiental y crecimiento económico y, en su lugar, apunta hacia una “generalizada asignación incorrecta del capital”.

La economía verde se presenta como una opción pertinente para las economías más desarrolladas, y también como un catalizador del crecimiento y de la erradicación de la pobreza en las economías en desarrollo.

Como ejemplo se señala el caso de la India, donde más del 80% de los $8.000 millones de la Ley Nacional de Garantía de Empleo en Zonas Rurales (que asegura al menos 100 días de trabajo remunerado a los hogares rurales) se invierte en la conservación del agua, la irrigación y el desarrollo del suelo.

Esta ley ha generado 3.000 millones de días de trabajo, beneficiando a cerca de 60 millones de hogares.

Ganancia de empleo

Además de propiciar un mayor crecimiento, una transición generalizada a una economía verde permitiría obtener ingresos per cápita más elevados que los de los modelos económicos actuales, al mismo tiempo que reduciría la huella ecológica casi en un 50% en el 2050 respecto al modelo actual.

Sin embargo, se reconoce que, a corto plazo, la pérdida de puestos de trabajo en algunos sectores como el de la pesca resulta inevitable si se quiere realizar la transición a la sostenibilidad.

El informe defiende que, a la larga, el número de empleos nuevos y dignos que se crearán en sectores como las energías renovables o la agricultura sostenible compensarán los puestos de trabajo perdidos en la antigua economía.

Por ejemplo, invirtiendo cada año aproximadamente el 1,25% del PIB mundial en eficiencia energética y energías renovables se podría reducir la demanda primaria mundial de energía en un 9% en el 2020 y cerca del 40% para el 2050.

¿Dónde invertir el 2%?

-108.000 millones para enverdecer la agricultura, incluyendo las pequeñas explotaciones agrícolas

-134.000 millones para enverdecer el sector de los edificios a través de la mejora de la eficiencia energética

-Más de 360.000 millones para enverdecer el suministro energético

-Cerca de 110.000 millones para enverdecer el sector pesquero, incluyendo la reducción de la capacidad de la flota mundial

-15.000 millones para enverdecer las explotaciones forestales, con importantes repercusiones en términos de beneficios para el combate del cambio climático

-Más de 75.000 millones para enverdecer la industria, incluida la manufactura

-Cerca de 135.000 millones para enverdecer el sector turístico

-Más de 190.000 millones para enverdecer el transporte

-Casi 110.000 millones para la gestión de residuos, incluyendo el reciclaje

-Una cantidad similar para el sector hídrico, incluyendo los servicios de saneamiento

Massachusetts Town to Turn Landfill into Largest Solar Array in New England

Fuente: inhabitat.com

Autor: Brit Liggett

Fecha: 22/02/2011

 

canton massachusetts, new england solar, solar in new england, renewable energy in new england, new england green energy, new england clean energy, clean energy, landfill reuse, how to reuse landfills, landfill purpose

Canton, Massachusetts officials decide to turn an old, capped town dump into the largest solar array in New England. The dump was capped twenty five years ago and was unused until last year when the town envisioned it as a green energy powerhouse. The array is expected to generate 5.6 megawatts of power as early as 2012 and will generate about $70 million in revenues and energysavings over the next 25 years.

canton massachusetts, new england solar, solar in new england, renewable energy in new england, new england green energy, new england clean energy, clean energy, landfill reuse, how to reuse landfills, landfill purpose

It turns out that landfills that have been covered are prime places to put solar arrays. Capped landfills tend to be raised and free of trees — the roots cause problems for the linings — they are stable enough to be built upon, and don’t have shadows from surrounding buildings or structures. “Once you cap and close them, they have a tendency to look like a mini-pyramid,” said Jeffrey Osuch, the executive secretary of Fairhaven, another town hoping to top its capped landfill with a solar array. “You don’t have any trees or building shadows.”

The solar array will be built by Southern Sky Renewable Energy, who will install 24,000 three-foot by five-foot solar panels. Southern Sky Managing Director Frank McMahon noted that the Canton project will be their first built on a capped landfill. The town of Canton and Southern Sky will be benefitting from Massachusett’s Solar Renewable Energy Certificates program which is helping to ensure that the state will meet its goal of having 250 megawatts of solar power installed by 2017.

Via NECN.com

 

 

Pesticides killing bees that pollinate our food

Fuente: www.kentucky.com

Autor: Tammy Horn

Fecha: 20/02/2011

bee_swarm.jpg (500×400)

Currently, the U.S. loses one in every three beehives for a variety of reasons: poor nutrition, poor quality of queens, pathogens such as mites, difficult winters and lack of pollinator habitat.

But industrial pesticides tend to be the problematic «elephant in the room.» Since the U.S. Department of Agriculture subsidizes corn and soybeans so heavily (and the Food and Drug Administration is not subsidized nearly enough) pesticides tend to fall into areas of very little oversight — until major bee kills happen. Honey bees pollinate 30 percent of the food we eat, and pollinators provide 75 percent of the reproduction needed for flowers.

For this reason, the documentary Vanishing of the Bees is a must-see for anyone interested in food and environmental issues. It will be shown at the Kentucky Theatre Feb. 24, at 5 p.m. and again at 7:30 p.m., as part of the One World Film Festival. In addition to the film, sponsors such as Good Foods Market and Café, Natasha’s, Whole Foods, Coal Country Beeworks and Bluegrass Beekeepers Association will be providing snacks and information about local bee schools.

The documentary’s producers, Maryam Henein and George Langworthy, highlight a pesticide produced by Bayer Pharmaceutical company called clothianidin (product name «Poncho»).  Clothianidin is of the neonicotinoid family of systemic pesticides. Systemic pesticides are taken up by a plant’s vascular system and expressed through pollen, nectar and gutation droplets from which bees then forage and drink.

Neonicotinoids are of particular concern because they have cumulative, sublethal effects on insect pollinators that correspond to neurobehavioral and immune system disruptions.

Clothianidin has been widely used as a seed treatment on many of the country’s major crops for eight growing seasons under a «conditional registration» granted in 2003. This registration was granted while the Environmental Protection Agency waited for Bayer Crop Science to conduct a field study assessing the insecticide’s threat to bee-colony health. Originally approved for use as a seed coating on corn and canola, clothianidin is now being approved for a growing list of other crops as well.

But the field study was problematic according to Tom Theobald, a 35-year beekeeper. The field study was too limited, focusing on two crops, canola (primarily grown in Canada) and corn (planted too far away from the bees). It also was just one year, primarily during a time when the effects of clothianidin would not show up immediately in the hives.

Scientists are equally concerned about clothianidin. According to James Frazier, a professor of entomology at Pennsylvannia State University’s College of Agricultural Sciences, «Among the neonicotinoids, clothianidin is among those most toxic for honey bee … Our own research indicates that systemic pesticides occur in pollen and nectar in much greater quantities than has been previously thought, and that interactions among pesticides occurs often and should be of wide concern,» he said. The most prudent course of action would be to take the pesticide off the market while the flawed study is being redone.

In the film, migratory beekeepers David Hackenberg and Dave Mendes tell their stories of hive losses, structuring the beekeepers’ search for pesticide information into cinematic chapters. Both men form a charismatic friendship, a contemporary Don Quixote and Sancho Panza.

The movie’s larger global backdrop is the European Union, France in particular, which didn’t approve clothianidin after learning of bee kills suspected to be caused by the product in Germany.

The movie’s conclusion is predictable enough: that until the United States takes responsibility for its pollinators, honey bees and the national food supply remain very much at risk.

Stronger measures need to be taken by all citizens to incorporate pollinator awareness into the civic ethos. Chicago, Denver and New York have sponsored urban beekeeping gardens on top of buildings. Perhaps it is time for Lexington to consider such an initiative.

Certainly, most of us could landscape with wildflowers, donate to a bee foundation such as North American Pollinator Partnership Campaign and the Foundation for the Preservation of Honey Bees, and support local beekeepers. Churches, civic organizations and individuals could also host screenings of Vanishing of the Bees.

Another showing will be at Eastern Kentucky University April 14 at Crabbe Library, 5:30 p.m., to celebrate its Pollinator Week.

At the very least, we need to reduce pesticide use.

«This is the Deepwater Horizon in agriculture,» warns beekeeper Theobald. «America’s farmland is awash in these questionable chemicals as surely as the shorelines of the Gulf Coast are awash in crude oil, and for many of the same reasons.»

This movie shows why and makes you wonder why there isn’t as much outrage about pesticides as there is about oil spills.

About the author Tammy Horn is a researcher at Eastern Kentucky University’s Environmental Research Institute and author of Bees in America: How the Honey Bee Shaped a Nation.

 

CLACDS demostró que es rentable invertir en turismo sostenible

Fuente: www.incae.edu

Autor: Silvia Castillo

Fecha: 21/02/2011

Logo INCAE

Alajuela, 21 de febrero. Invertir en la sostenibilidad del turismo es rentable para los países destino y también para la economía global, según pudieron demostrar especialistas del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (CLACDS) de INCAE Business School.

El impacto económico de orientar el turismo más hacia la sostenibilidad nunca se había medido y eso fue lo que hicieron los investigadores del CLACDS, Luis Rivera y Amos Bien, bajo el liderazgo del director de este centro, Lawrence Pratt.

Esta conclusión forma parte del capítulo sobre turismo del informe Green Economy Report: «Hacia una economía verde: el camino a un desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza», que fue dado a conocer hoy en Nairobi durante el XXVI Consejo de Administración/Foro Ambiental Ministerial Mundial del PNUMA.

El documento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) identifica diez sectores como claves para enverdecer la economía mundial: agricultura, edificios/construcción, suministro energético, pesca, silvicultura, industria, turismo, transporte, gestión de residuos y agua.

El sector turismo fue el que investigó y redactó el CLACDS. Según explicó Pratt, el PNUMA escogió a este centro para realizar ese trabajo porque tiene más de 12 años de experiencia en la elaboración de análisis de la competitividad de turismo, así como del vínculo existente entre la sostenibilidad del turismo y el éxito en mercados internacionales.

Otra de las conclusiones a la que llegaron los especialistas es que la sostenibilidad en turismo puede obtenerse y ser valiosa en cualquier segmento turístico, incluyendo el turismo masivo.

«Este tipo de turismo masivo también puede participar en el concepto de sostenibilidad a través de la eficiencia de sus operaciones, ahorro de energía, mejor manejo de agua para jardines y hasta para las canchas de golf. Es un concepto que puede abarcar todos los segmentos turísticos en el mundo», explicó Pratt.

Según el informe del CLACDS, el turismo sostenible crea nuevos y mejores trabajos, nuevas industrias y clusters, y apoya la economía local y reduce la pobreza.

Los otros capítulos del informe del PNUMA fueron elaborados por un grupo de especialistas connotados, entre ellos Robert Ayres, profesor emérito de ciencias políticas y economía, y gestión tecnológica en INSEAD, Paul Clements-Hunt, director de la Iniciativa Financiera (FI) del PNUMA; Maryanne Grieg – Gran, economista principal del Grupo de Mercados Sostenibles, y directora del equipo Market Failure en el Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo (IIED); y Peter Wooders, economista senior para el cambio climático, energía y comercio del Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD).

Para más información por favor comunicarse con Silvia Castillo del CLACDS al teléfono (506) 2437-2319 o al correo silvia.castillo@incae.edu.