Si nos remontamos a unos miles de años atrás, veremos que la Tierra siempre tuvo un esplendor maravilloso, en ella habitaron seres increíbles que ahora sólo viven en nuestra imaginación, la raza humana, sin ser tan antigua como esta espléndida esfera, ha ocasionado cambios que podrían, hasta cierto punto ser irreversibles.
Es ahora, en nuestro presente que debemos, como seres pensantes elegir la mejor opción para nuestro futuro y el de las generaciones por venir.
Dios creó la Tierra, y luego nos creó a los seres humanos, para protegerla y a las especies que abundan en ella, para aprovecharla equilibradamente con los bienes que es capaz de brindarnos, pero por el contrario tomamos más de lo que ella puede proporcionarnos y la estamos dejando sin recursos para su propia subsistencia, y si no lo solucionamos, ella buscará la manera de obligarnos a detenernos.
En la siguiente Carta a la Tierra, expondré mi visión de un desarrollo equilibrado con la naturaleza, en el cual podamos vivir de manera armónica con los seres que nos rodean y disfrutar plenamente de lo maravilloso que es nuestro mundo, y desde luego, asegurar esta herencia tan preciada a nuestros(as) hijos (as) y nietos (as).
Carta de la Tierra, es una petición a la conciencia de las personas, para vivir bajo un tipo de “régimen” de respeto (desde mi punto de vista) entre las personas, los ecosistemas y los recursos que nos brindan.
Se proponen principios cuya meta es poder llevarlos a cabo, con la colaboración de toda la humanidad. Entre ellos están:
I. El respeto y el cuidado de la comunidad de la vida.
1.1 Respetar la vida y la Tierra en toda su diversidad.
Todos los seres que habitamos este planeta somos independientes, con distintas necesidades, sin embargo, dependemos unos de los otros para sobrevivir, nuestras acciones nos llevan siempre al mismo punto aunque la distancia sea grande, y si no existe una cultura de respeto mutuo entre humanos y todas las demás especies existentes, se seguirá destruyendo nuestro entorno, debemos reconocer que todos los seres poseemos dignidad y debe ser reconocida desde el más pequeño e indefenso, hasta el más grande y poderoso.
1.2 Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor.
El comprender que la Tierra nos pertenece a todos y todas debemos aprender a administrarla de la mejor manera, con el objetivo de lograr un bien común y poder dar garantía a los derechos de los seres vivos.
Nuestra vida y la de los demás, actúan en conjunto, la manera mas eficaz de conservar los recursos es conviviendo con amor y paz los unos con los otros, sin pensar de forma egocéntrica.
El poder conocer más sobre los temas en general, nos llevará a un manejo adecuado de las cosas y nos colocará en una posición responsable sobre esto.
Debemos comprender ahora, que el tener mejores relaciones de tranquilidad, armonía y respeto (principio fundamental) con lo que nos rodea, nos llenará de satisfacción y con esto lograremos ver frutos que podremos aprovechar sin la necesidad de sobrepasarnos con lo que solo se nos ha prestado.
Dentro de estos, debemos incluir la economía y la política, vitales para lograr un desarrollo sostenible, de la mano con el ambiente, sin duda alguna éste es el punto clave, ya que sin sus riquezas, nuestro desarrollo no sería posible, pero; debemos aprender a usarlos racionalmente.
En nuestra actualidad, vivimos una realidad devastadora, (si bien es cierto todos los avances tecnológicos, que son guiados por la economía, vienen desde muchos años atrás), es ahora que están en el momento más crítico.
Nos han convertido en una sociedad consumista, llena de pretensiones y preocupada por ganar cada vez más dinero sin importar lo que nos llevemos en el camino, para lograrlo. Y lo peor de las situaciones, es que hasta cierto punto nos gusta ser así, hace falta pasar por una desgracia de fuerza mayor para abrir nuestros ojos, y en algunos casos ni aún así entendemos la gravedad de las cosas. Hemos sido utilizados como capital humano, pero esto empeorará en el momento el que veamos nuestra vida entera como una economía sin alma y sin ningún otro sentido más que el dinero. Ni todo el dinero del mundo podría alcanzar el valor de nuestra madre Tierra.
El respeto es básico, puede ser hasta el valor más importante para prosperar mientras vivimos, pero ni siquiera somos capaces de respetarnos a nosotros mismos, y esto se demuestra en todas las formas de discriminación existentes (étnica, por capacidades distintas, por preferencia sexual, clase social, sexo, edad, etc.), mientras estas actitudes no sean corregidas, ¿podemos revertir la situación ambiental fomentando el respeto?
“el desmoronamiento de las relaciones humanas hoy en curso, afecta ya a la propia posibilidad de convivencia.” (Hinkelammert y Mora. 2008).
II. La integridad ecológica.
Es otro principio de suma importancia, cuya intención es la creación de mecanismos que permitan la preservación del ambiente, que se puedan rehabilitar sus recursos, desde especies en extinción hasta ecosistemas en peligro.
La idea es establecer un desarrollo que permita visualizar la responsabilidad en cada uno de nosotros mediante reservas y parques que garanticen la seguridad de la vida silvestre y su flora.
Eliminar todas las formas de subsistencia que estén perjudicando de alguna manera lo natural y buscar otras opciones como energías renovables como el agua, el aire, etc., que le den a la Tierra un respiro de tanta actividad descontrolada que actualmente está padeciendo.
Prevenir toda actividad tecnológica que no nos proporcione la información suficiente como para saber que no le ocasionará ningún daño al ambiente e irnos por métodos de supervivencia que permitan a la Tierra regenerarse y curar las heridas severas que hemos causado por negligencia y consumismo.
Los y las habitantes de este planeta podemos unirnos en esto, realmente es un compromiso fácil de llevar a cabo, que no nos traerá perjuicios, solo beneficios, y que día a día podríamos ver como nuestro mundo nos agradece esa pequeña ayuda.
Actividades como la ganadería y la agricultura excesiva, que sólo utiliza maquinas como mano de obra, que ya no ve el valor de una mano trabajadora que puede producir de manera moderada, es lo que nos ha llevado al borde de la destrucción, pero aún hay tiempo de recapacitar. Podemos optar por volver a los métodos de antes como utilizar animales para producir, en lugar de grandes máquinas que consumen toneladas de combustibles fósiles y contratar más personas para trabajar en ello, en lugar de despedir a centenares de personas aumentando cada vez más el índice de pobreza, dejar de utilizar químicos para los alimentos “garantizando su calidad” que al contrario sólo causan daños a la salud de la gente que se expone a ellos. Esto junto a otras medidas que nos ayudarán a vivir de una forma más sana.
María Mies en el capítulo “La necesidad de una nueva visión: la perspectiva de la subsistencia” de su libro Eco feminismo (1993). Nos habla de esta perspectiva que parece ser la solución a muchos de nuestros problemas que como antes creíamos, el sistema patriarcal iba a solucionar, ahora bien nos damos cuenta que la confianza en este sistema es la peor opción. Esta nueva perspectiva es la de la subsistencia o supervivencia:
“el trabajo que se realiza para subsistir, en tanto que es trabajo que produce y conserva la vida en todas estas relaciones de producción, era y es una condición previa y necesaria para la subsistencia, y es llevado a cabo en su mayoría por mujeres” (Mies, 1993).
La cita anterior nos muestra otro punto importante en la búsqueda por mejorar las relaciones entre las personas y el paraíso natural, este es la conexión que poseen las mujeres con la naturaleza y la sensibilidad que presentamos con respecto a todo lo que se relacione con esto.
Con una división sexual del trabajo, ha generado una percepción dicotómica en donde es posible afirmar que: por la cultura patriarcal en que se han socializado las mujeres nosotras somos más capaces de pensar en una economía de subsistencia, mediante la cual podamos vivir cada día de manera más provechosa, mientras que los hombres en su mayoría solo están interesados por el crecimiento del mercado mundial.
III. Democracia, no violencia y paz.
La corrupción, la falta de información, las injusticias, la discriminación, la violación de derechos humanos y civiles, nos colocan en una posición de suma desventaja ya que al no lograr establecer paz en ninguna de las anteriores se nos hace más estrecho en camino para corregir esta amenaza mundial.
Mientras no podamos equilibrarnos a nosotros mismos, no podemos hacerlo con los demás y mucho menos con nuestro entorno, una comunidad sin violencia es la clave para caminar hacia delante, todos juntos, en la persecución de un bien común.
La educación impartida a niños, niñas y jóvenes acerca de temas sobre el desarrollo sostenible abrirá las puertas hacia una mejor vida, ya que el futuro de nuestro mundo está en manos de las siguientes generaciones.
Por medio de la educación y utilizando también los medios comunicativos, se puede dar a conocer nuestra realidad y así poder evitar el abuso y maltrato hacia los animales que son atacados por diversión o desconocimiento.
Nosotros fomentamos que se nos trate de manera digna y respetuosa y ante cualquier aberración nos alarmamos, así mismo debe ser con respecto a la dignidad de los animales que nos rodean, son seres indefensos que en la mayoría de los casos nos suplican ayuda para sobrevivir.
Los seres humanos, seres pensantes con razonamiento, inteligentes, fuimos colocados en la Tierra para protegerla en todas sus dimensiones, pero por el contrario solo hemos encontrado motivos para destruirla.
Armas nucleares, bombas atómicas, guerras, extracción de combustibles, caza, pesca indiscriminada e ilegal, son algunas de las formas en que el ser humano aprendió a aprovecharse de lo que no le pertenece.
Si miramos con detenimiento, cada pequeño detalle de nuestro hogar es bello, cosas magníficas que nos fueron brindadas con la mejor de las intensiones, paisajes llenos de color, de vida, de brillo, que hemos opacado con el transcurrir de los años.
Los medios de comunicación cada mañana nos llenan de noticias que sólo nos erizan la piel, y muchas personas alrededor del mundo, aún no lo comprenden, solo lo dejan pasar como si fuera simple y sin importancia.
¿Qué hacemos permaneciendo sentados ante tal catástrofe? ¿Por qué no abrimos los ojos ante esta cruel realidad? Ciertamente, porque no queremos.
Tenemos las soluciones ahí, justo delante de nosotros y sólo no queremos verlas porque pensamos que no es para nuestra conveniencia.
De alguna manera este tema me ha impactado en gran medida, unos años antes sabía de la situación en la que nos encontramos, pero realmente no estaba motivada a hacer algo, ahora, todo esto ha sembrado en mi una semilla de interés y preocupación, y sólo pienso en actuar. La naturaleza siempre ha sido una fuente de inspiración para mí, sin embargo, siempre la vi separado de lo cotidiano, ahora entiendo que todo es un conjunto, cada pequeño ser en este gran ecosistema está conectado y necesita del individuo más grande para vivir. La economía, la sociedad, están unidos a esto y su participación es de suma importancia para subsistir, solo las naciones unidas son capaces de revertir los daños, aunque la iniciativa empiece por una sola persona, por mas pequeña sea, por más alejada que esté, en determinado momento su grito de auxilio será escuchado y por las pequeñas acciones se crean las grandes soluciones.
Es una cuestión de conciencia, de comprender, como lo dice Alf Giebler en “Lo Bello y el Caos”. Si bien la Tierra puede vivir sin nosotros, nosotros no podemos hacerlo sin ella. Es importante reconocer que la Tierra se regenera y si dejamos de existir a causa de este caos, ella seguirá existiendo y podrá recuperarse, mientras que el ser humano creyéndose Dios, decidía quien podía vivir y quien no, se encuentra acabado ante tal situación.
Es necesario deconstruir nuestras culturas autodestructivas y buscar un nuevo comienzo, en el que todos y todas comprometidos (as) podamos ser partícipes, esta es la intención de esta carta, generar conciencia a las personas que lleguen a conocerla y sembrar esa semilla que lograron sembrar en mí, y así no seamos uno, sino miles que van tras esta noble causa y de beneficio universal.
Librar a nuestro sistema de este régimen patriarcal que sólo busca reprimir a las mujeres, pueblos y a la naturaleza, no será sencillo ya que somos parte de él desde que tenemos memoria, la cultura nos ha enseñado qué hacer y qué no hacer, qué es bueno y qué no lo es, cómo pensar, cómo tratar lo que nos rodea, y muy pocos han podido salirse de ese estigma marcado por la sociedad.
Unos pocos han puesto el grito en el cielo por el maltrato animal, por actividades crueles que se realizan por demostrar algo ante la sociedad (como la hombría), son comportamientos inhumanos, o más bien, muy humanos, por la socialización de la cultura patriarcal.
Si vemos bien nuestro entorno, podremos notar que somos los únicos seres sobre la Tierra que destruyen todo a propósito, el resto de los habitantes del mundo lo hacen por cuestiones de supervivencia.
En lugar de luchar porque nuestro precioso tesoro perdure por mucho más tiempo y nuestros descendientes puedan conocerlo, sólo hemos acabado con él.
¿Que pasa con nosotros? Algo en nuestras cabezas está dañado, ¿necesitamos darnos cuenta de lo que sucede, después de que pasamos por alguna desgracia? Muchos han muerto a causa de las actividades humanas; si bien es cierto el problema del efecto invernadero ya tiene sus años, los humanos lo han empeorado y esto ha causado destrucción alrededor del globo terrestre. Inundaciones, terremotos, ciudades que se desploman frente a nuestros ojos y quedan expuestos ante toda desgracia por venir. Y aún así, los países “poderosos” no quieren hacer nada, o por lo menos los que poseen más influencias a nivel global.
Sin embargo, muchos países han desarrollado alternativas para mitigar el cambio climático que está por empeorar, estas van desde lo más sencillo hasta lo más complejo, desde el reciclaje hasta energías alternativas, era hora de que empezáramos a actuar, si no es tarde aún.
La madre Tierra nos está dando una llamada de atención que tendrá consecuencias masivas si no se toma en cuenta, es hora de hacer algo, de educarnos, de informar a los demás, que este cambio tendrá resultados sólo si es colectivo si todos unimos nuestras manos para salvar a nuestro hogar, que ciertamente será el único para las futuras generaciones.
Debemos garantizar un lugar para esos que aún no están aquí, y que ellos puedan empezar de la manera en que nosotros no pudimos hacerlo, que puedan percatarse de lo hermoso de este paraíso universal y hagan que perdure.
Lograr la sustentabilidad ambiental y la equidad social son las bases de un efecto positivo. No hemos heredado el planeta de nuestros padres, lo hemos tomado prestado de nuestros nietos.[1]
Bibliografía:
Giebler, Alf. (2009). Lo bello y el caos. Editorial Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica.
Hinkelamert J. Franz, Mora J. Henry. (2008.)”Las inauditas pretensiones de la globalización”. En: Hacia una economía para la vida. Preludio a una reconstrucción de la economía. Editorial Tecnológica, Costa Rica.
Mies, María. (1993). “la necesidad de una nueva visión: la perspectiva de la subsistencia”. En: Eco feminismo. Zed Books, Londres, Inglaterra.
Pagina Web de la Universidad Estatal a Distancia. (UNED). “La Carta de la Tierra”. http://www.uned.es/catedraunesco-educam/CARTADELATIERRA.htm
Source / Fuente: Instituto de Estudios de La Mujer, Universidad Nacional de Costa Rica
Author / Autor: Nicole Maduro Barahona, Estudiante de Medio Ambiente y Equidad de Género
Date / Fecha: 27/06/11
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[1] Hinkelamert J. Franz, Jimemez M. Henry. Hacia una economía para la vida.