Durante los últimos años, el tema de la Responsabilidad Social Empresarial, RSE, ocupa un lugar cada vez más importante en la agenda empresarial. En la encuesta que sobre el particular que realiza la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, ANDI, este año se preguntó a los empresarios si cuentan con una política o estrategia de RSE y si en la empresa existe un área específica que se ocupa de este tema. En esta dirección cabe destacar que el 73% de los encuestados cuenta con una política de RSE y el 68% de los mismos tiene dentro de su empresa un cargo específico para ese fin.
No obstante, en el desarrollo de la RSE las principales barreras están relacionadas con problemas de costos, seguido en menor medida por la falta de aliados y cooperación. Aparece en cuarto lugar, la dificultad asociada con una verdadera comprensión del tema de RSE. De ahí la importancia de continuar impulsando el tema de la RSE en las empresas.
En este sentido la Gerencia de Responsabilidad Social de la ANDI viene adelantando procesos de capacitación y construcción de una Caja de Herramientas para la Gestión de la RSE. Ésta consiste en una plataforma virtual interactiva a disposición de todos en nuestra página web. Allí podrán encontrar instrumentos para la realización de reportes de sostenibilidad, espacios para foros de discusión, información sobre casos de negocios y documentos conceptuales y de sensibilización de la RSE.
Pese a los costos y las dificultades en el desarrollo de una agenda de RSE, los empresarios perciben beneficios de las acciones en este tema, las cuales son necesarias para la sostenibilidad de la empresa moderna. Entre estos beneficios se destacan las mejorías en el posicionamiento de marca, en la atracción de empleados y en la generación de valor para los accionistas. Cada vez se hace más evidente, entonces, el vínculo existente entre la sostenibilidad y la competitividad en las empresas.
En materia de RSE los empresarios han venido sofisticando los mecanismos de medición de esta actividad. Actualmente más del 60% de las empresas encuestadas cuenta con algún tipo de informe sobre RSE. Aunque el balance social sigue siendo el informe más importante (44%), cabe resaltar que los demás han venido ganando importancia en los últimos años, en especial el informe de sostenibilidad bajo directrices GRI (Iniciativa de Reporte Global). Este último pasó de 14% en 2009 a 38% en la última medición.
También en el marco de la RSE es importante considerar los esfuerzos que realiza el sector productivo para adaptarse a los estándares internacionales mediante la búsqueda de certificaciones de calidad como son la ISO, las certificaciones ambientales, las buenas prácticas de manufactura, entre otros. La certificación en procesos de calidad y gestión de la RSE ha venido aumentando en los últimos años.
Este año se preguntó por primera vez cuáles son las estrategias en comunicación de la RSE en las empresas. La mayoría de los encuestados respondieron que la principal herramienta es la página web de la empresa, seguido por otros medios de comunicación (e-mail interno, foros y eventos, prensa, reportes de sostenibilidad, intranet, revistas internas) y por último redes sociales y páginas web especializadas en el tema.
En el marco de la Responsabilidad Social Empresarial, las Naciones Uniones han venido impulsando el Pacto Global el cual se fundamenta en 10 principios que incluyen, entre otros aspectos, los derechos humanos, derechos laborales, protección del medio ambiente y transparencia. Las empresas que firman este pacto se comprometen a acogerse a estos principios y a presentar informes anuales sobre las acciones que han adoptado en los distintos aspectos. Este tema también fue incluido en la Encuesta de RSE y encontramos que aproximadamente el 33% de los encuestados ya se comprometió con esta iniciativa. Vale la pena anotar que porcentaje ha ido aumentado año a año.
Según datos de la Red colombiana del Pacto Mundial, desde octubre de 2009, fecha en que se inició la red Local del Pacto Global en Colombia, se pasó de 174 a 250 empresas activas adheridas a la fecha. (Pacto Global en Colombia, 2011).
Las nuevas agendas globales de desarrollo sostenible y RSE han avanzado de forma acelerada en los últimos años en la consolidación de patrones generales o compromisos que buscan guiar la integración de la sostenibilidad en las estrategias, comunicaciones, procesos y culturas empresariales. Colombia se ha comprometido internacionalmente con el cumplimiento de la Declaración del Milenio, la cual fue aprobada por las Naciones Unidas en el año 2000 y fue acogida por otros 191 Estados. Esta iniciativa de compromiso compartido con la sustentabilidad del planeta, definió 8 objetivos o metas a ser alcanzados hasta el 2015. Las empresas colombianas, en un porcentaje significativo (58%) han comenzado a alinear sus estrategias de RSE con dichos objetivos.
También se preguntó a los empresarios sobre los objetivos específicos hacia los que orientan sus acciones. Aparece en primer lugar la sostenibilidad del medio ambiente (90.6%), seguido de reducir a la mitad la pobreza extrema y el hambre (47.2%) y lograr la enseñanza primaria universal (42.8%).
La implementación de Buenas Prácticas empresariales ya se ha incorporado a la gestión de los negocios en el país y así lo ilustra el siguiente gráfico donde el 71% de los encuestados manifiesta que ha adoptado códigos de conducta al interior de sus empresas.
La ANDI ha sido pionera en la creación y diseminación de herramientas para la implementación de la RSE en las empresas Colombianas. Sus esfuerzos en la materia desembocaron en la formulación, en la década de los 90, de la Declaración de Principios Éticos del Empresariado Colombiano. Dicha Declaración sobresale en el país, como una herramienta que incentiva la implementación de prácticas de gestión empresarial alineadas con la generación de valor social, ambiental y económico. Fue un instrumento que en su momento fue muy avanzado, dada su estructura basada en Grupos de Interés; metodología utilizada en los principales mecanismos para el desarrollo de Informes de Sostenibilidad, tales como el GRI.
Las actividades de RSE, según la parte interesada hacia quien se dirige la actividad social, pueden clasificarse en dos grandes categorías: internas y externas. Dentro de las primeras estarían los trabajadores y accionistas. Las externas incluyen la comunidad, los usuarios o clientes, la cadena de aprovisionamiento y el Gobierno. En lo interno la mayor prioridad está en los trabajadores quienes tienen la mayor cercanía con la empresa, en tanto que en lo externo la comunidad ocupa el primer lugar, lo cual demuestra el compromiso de las empresas con la RSE.
En las relaciones con los clientes, como era de esperarse en la empresa moderna, la mayoría de los empresarios desarrolla sistemas de gestión de calidad orientados al mejoramiento.
Al desagregar según las estrategias específicas, se destaca el sistema de reclamos (90%), seguido de productos diferenciados por características ambientales (31%). Más allá de estos resultados generales, se observa una tendencia interesante hacia una conciencia de las empresas por tener estrategias de mercados inclusivas y dirigidas a poblaciones marginales y a que sus acciones ambientales repercutan en sus estrategias de negocios.
Como se anotó anteriormente, el principal grupo de interés de la empresa son sus empleados. Los principales programas desarrollados por las empresas incluyen la formación de sus trabajadores (95%). Sin embargo, llama la atención el alto porcentaje de iniciativas para la contratación local (63%), lo que indica la preocupación del empresariado por el desarrollo de su región.
Dentro del marco de la contratación de empleados, el 43.5% de los empresarios encuestados incluyen dentro de su nómina personas con alguna discapacidad; dentro de las limitaciones que presentan estas personas la más común es la discapacidad física (77%), seguida por la auditiva (44%).
El llevar los valores a la cadena de aprovisionamiento se constituye como una de las actividades de mayor impacto que puede realizar la empresa, al ejercer un claro efecto multiplicador. En este tema se ha avanzado, pero aún queda un amplio camino por recorrer.
El compromiso empresarial en materia ambiental encuentra una amplia acogida entre los afiliados de la ANDI, demostrado en el hecho de que más del 78% de los encuestados manifestó contar con una política ambiental que es un sinónimo de la formalización de la gestión ambiental de la empresa; un indicador de acciones concretas a favor del ambiente; y una manifestación de la incorporación del sistema de gestión ambiental, todo lo cual aporta a la mejora continua del desempeño ambiental empresarial.
Como reflejo de lo anterior, las empresas manifestaron que están desarrollando iniciativas que les permiten superar las exigencias normativas que hace el Gobierno. Cabe destacar en este punto la búsqueda de una mayor eficiencia en el manejo de los residuos peligrosos, en el uso del agua, electricidad y materiales.
Complementariamente, las empresas expanden su gestión ambiental más allá de sus instalaciones, haciendo de esto no sólo una muestra de la RSE, sino además fortaleciendo su cadena de valor. Se destaca que un 70% de los proveedores son involucrados en la gestión ambiental al igual que un 56% de las comunidades vecinas, abriendo de esta manera importantes oportunidades de sinergias.
La encuesta confirma que el sector empresarial colombiano en temas ambientales no se limita solamente a las agendas locales, sino que se involucra con las principales iniciativas ambientales multilaterales. Se destaca la participación en aquellas relacionadas con residuos peligrosos en un 45% y sustancias químicas en un 29%; igual las iniciativas relacionadas con la atmósfera como cambio climático y protección a la capa de ozono, logran la participación de más del 56%.
Todo lo anterior, se refleja en la opinión mayoritaria de los empresarios, que con una respuesta contundente de 95% de los encuestados, mostró que la gestión ambiental no es un tema marginal, sino una parte central del negocio. Esto lleva a concluir que los empresarios colombianos hacen parte de los grupos que están a la vanguardia del desarrollo sostenible.
Las empresas desarrollan diversas acciones de gestión de la responsabilidad social relacionadas con el establecimiento de códigos de conducta, prácticas responsables, relacionamiento y diálogo con grupos de interés. Sin embargo, existen acciones en materia de inversión social muy significativas y de gran impacto en el país que se deben destacar. Dichas acciones se materializan a través del uso planificado de recursos privados en proyectos que impactan a la sociedad y no sólo al personal interno de la empresa.
Los principales mecanismos empleados por las empresas para desarrollar actividades de RSE son donaciones en especie a proyectos, seguida de donaciones en dinero a proyectos y de patrocinios.
Los resultados de las últimas encuestas sobre Responsabilidad Social Empresarial muestran que para el período comprendido entre 2003 y 2010, el porcentaje de las ventas orientadas hacia este objetivo se ha mantenido relativamente estable.
Source / Fuente: www.hoyinternacional.com
Author / Autor: ACPE-Remitido
Date / Fecha: 25/11/11
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