Hay un momento muy especial en la vida de un niño. Es el día en que aprendemos a montar en bicicleta y a propulsarnos con un elemento ajeno a nuestro cuerpo en una posición de equilibrio. Es cierto que antes empezamos con el taca-taca o el triciclo, pero no es lo mismo. Difícilmente se puede comparar esa sensación de libertad con la de cualquier otro momento de nuestras vidas. Bueno, supongo que sería algo así como empezar a andar, aunque en ese momento no somos realmente conscientes de lo que conlleva poder desplazarnos en una posición erguida por nosotros mismos. Me refiero a ESA sensación de libertad. Sigue leyendo
CICLOTURISMO. PEDALEANDO HACIA UN TURISMO MÁS SOSTENIBLE
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